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lunes, 27 de mayo de 2013

¡TE ODIO MAMÁ!

De repente mi dulce niña se trasforma en un monstruito de color rojo, lloros, gritos, pataleos... ¡Te odio mamá!.  Buff…  .Ésta frase duele.
Reconozco que sobrellevar sus enfados es de las cosas qué mas me cuesta.
Si encima es en la calle, tendremos que soportar las miradas de los demás, que parece que nos fulminan.





Prefiero utilizar la palabra enfado. Rabieta me parece minimizar y restar importancia a sus emociones.  ¿Os imagináis que cuando estamos súper enfadadas alguien nos dijera que tenemos una rabieta?. Estoy segura que me enfadaría aún más.
Ante esta situación los adultos solemos reaccionar de diferentes formas:     
    
                - Castigo: rincón de pensar ,como mas light.
                - Hacer ver al niñ@ lo ingrato de su comportamiento con 
                  frases tipo:  “ ¿ …a mama la odias?.  Cómo le puedes  
                  decir eso a tu madre, con lo que yo te quiero...”
                - Ignorar al niño y dejarle solo hasta que se le pase.
                  (Véase supernanny). Con la perla: “Cuando se te pase,
                 hablamos”. Tengo que reconocer que la he utilizado.

Con  el castigo, la culpabilidad o ignorándolos no reconocemos  los sentimientos del niño y por lo tanto no le ayudamos,  provocan miedo o culpabilidad y le obligan a reprimir sus emociones.

Tras varias manchas en mi expediente de mamá,  y cuestionándome, aprendí a ponerme en el lugar de mi hija durante sus enfados.
Es el momento de respirar hondo, mantener la calma.
Si nos ponemos en su lugar y nos damos cuenta de que el niño o la niña  se siente mal, nos será más fácil poder  acompañarle en su enfado, respetándole.
A mi, me ayuda a mantener la calma, recordar que  no está enfadada  por que quiera molestarnos o porque es una cabezota, mimada, llorona…  Está enfadada  y mucho, siente rabia y pena, por motivos que para ella son de peso y  debido a su corta edad aún no cuenta con la herramienta del lenguaje para expresar lo que siente.


                                              

Hablándoles con calma reaccionan mejor, pero a veces no quieren que les hablemos ni que les toquemos y si lo haces aún se enfadan mas. Es suficiente permanecer a su lado en silencio, esto le hace saber que no te asusta lo que le está  pasando,  que estás  ahí, acompañándola, respetando su rabia, ira o tristeza.
Actuando así le proporcionamos al niño o la niña el clima de tolerancia en el que puede aprender a gestionar sus emociones sin reprimirlas, porque sabe que no le vamos a juzgar por ellas.

Muchas veces somos los adultos los que nos enfadamos y gritamos o decimos alguna frase fuera de lugar y tampoco pasa nada, eso les ayuda a ver a los adultos como personas con sus mismos problemas. Si nos hemos excedido, es importante que le pidamos perdón.



Os recomendamos este cuento: “Vaya Rabieta”. Ayuda a los niños y a nosotras a entender  mejor los enfados.



3 comentarios:

  1. Me gusta tu blog... :)te iré siguiendo. Yo en clase de 2 años trabajo este cuento. Un saludo http://renacuajosinfantil.blogspot.com.es/2013/01/las-rabietas-en-el-aula.html

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    1. Gracias Isabel ¡ Cada semana en nuestra pagina de Facebook recomendamos un cuento que nos gusta especialmente. Te invito a vistarla, seguro que los cuentos te encantan.
      Si conoces algún cuento y nos quieres recomendar, nos ayudaras muchisimo en la elección.
      Un saludo.

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