Nuestro bebé
crece y sobre los 18 meses aparece la famosa etapa del No, que a los papás y
mamás tanto nos da que hablar.
¿Por qué nos
dice a todo que no?
A muchos
padres nos entra la paranoia y pensamos que el niño es un cabezota, un
caprichoso, que nos está tomando el pelo… y empezamos a plantearnos los famosos
límites.
A esta edad
nace el impulso de autonomía, el pequeño está aprendiendo que es un ser
individual, ya tiene libertad de movimientos y necesita reafirmarse mediante
manifestaciones de voluntad propia, es una actitud perfectamente normal y sana.
Esta etapa es también aprendizaje, y de nosotros depende respetársela.
Está claro
que los límites son necesarios y estructurales y que cada familia decide cuales
son los más apropiados para ellos. A algunas familias les parecerá un límite
claro que no se salta en el sofá, mientras que para otras esto carece de
importancia.

Lo que sí es
muy importante para el niño es la forma en la que se ponen estos límites.
Antes de
establecer un límite deberíamos plantearnos las siguientes cuestiones:
¿Cuál es el
objetivo de la norma? ¿Para qué sirve? ¿Por qué lo estamos poniendo? ¿Es una
forma de ayudar al niño o impaciencia y mal humor del adulto?
Para
nosotros los límites que tienen que ser respetados son pocos.
- Límites
de seguridad, tratando de que estos sean reales y no basados en nuestros
propios miedos.
- Límites
de respeto, en la relación con los demás.
También es
importante utilizar las el lenguaje apropiado a la hora de establecer las
normas.
Casilda
Rodrigáñez lo explica a la perfección es su texto:
“Poner
límites o informar de los límites”.
La autora
propone que, ante cualquier límite que se oponga a los deseos de nuestra
criatura, nos situemos incondicionalmente del lado de sus deseos; y en lugar de
considerarlos meros caprichos improcedentes, los analicemos honesta y
sinceramente con ella, junto con todos los factores que intervienen en la
situación, para después tomar una decisión conjuntamente.
Os cuelgo el
enlace al texto, a nosotros nos parece genial. ¿Qué os parece a vosotras?
El texto de Casilda Rodrigáñez sobre los límites para mí es un imprescindible, porque expone a la perfección el sentido que tienen y cómo ponernos siempre, de manera incondicional de parte de lxs niñxs. Los acompañamos, no les imponemos.
ResponderEliminarY vuestra entrada también me ha gustado mucho, es muy clara.
Gracias Rosana, es un placer recibir tus comentarios ;)
ResponderEliminarCada vez me gusta más el blog! :) un abrazo gordo
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