¿Os habéis sentido alguna vez sorprendidas y descolocadas por la intensidad de las emociones de vuestro bebé? Yo muchas veces…
Las emociones de los bebés tienen un carácter total y absoluto, mientras el bebé está en la emoción (ya sea de rabia, miedo, frustración o alegría) la vive en cuerpo y alma, ya que su psiquismo está dominado en absoluto por el momento presente.
El bebé sano expresa sus emociones con total intensidad.
El sistema límbico domina los movimientos vitales del bebé, por lo que tiende al placer y a la satisfacción de sus impulsos primarios sin un psiquismo que le organice todavía.
Conocer y comprender esto nos puede ayudar a entender que: Los bebés no lloran para manipular a sus madres, ni son unos cabezotas, no tienen esa capacidad, son bebés…son seres puramente emocionales.
Un bebé no puede esperar para satisfacer sus necesidades primarias, hambre, sueño, necesidad de brazos o presencia de la madre, por eso es tan importante responder inmediatamente a las señales del bebé, sin juzgarlo ni obviar sus necesidades.
Cabe
recordar que en edades tan tempranas la capacidad de los niños de asimilar órdenes
y límites es aún muy reducida. El bebé no retiene la información durante mucho
tiempo, no comprende lo que escucha por que las conexiones de su cerebro no
están aún completamente formadas.
Deberíamos evitar poner a los bebés
límites que para ellos son absurdos pues obedecen a su sistema límbico y
no entienden los límites externos.
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