Cuántas veces
nos quejamos de que los niños no nos escuchan…
Cuando en
realidad nosotros como adultos no sabemos escuchar, nos han enseñado que los
sentimientos como la rabia, la tristeza o el miedo son negativos y no se deben
expresar, esto nos ha condicionado y realmente no sabemos que hacer cuando
nuestros hijos expresan estas emociones, así que cuando un niño nos expresa
abiertamente esas emociones, lo normal es que nuestra alarma salte y nos
pongamos a la defensiva, es ahí donde entra en acción nuestro carácter y
actuamos como el juez, el moralista, el psicólogo, el sabio …. Cada adulto a su
manera, pero todos con el mismo objetivo, queremos neutralizar las emociones
que hemos aprendido a reconocer como negativas.
¿Hacemos la
prueba? Imagina que tu hijo te dice las siguientes
frases y piensa en cual sería tu respuesta inmediata
-
¡Es
tonto, ya no quiero ser su amigo!
-
No
puedo hacerlo
-
¿Porqué
siempre le toca a mi hermano?, ahora me toca a mi
-
Mira
mi dibujo
-
Que
mala eres...
Nuestra respuesta suele ser inmediata y mecánica y lo más común es contestarle
tal como nos hubieran contestado a nosotros nuestros padres:
-
Ya
verás como dentro de un rato sois amigos
-
Seguro
que puedes
-
Cada
vez le toca a uno
-
Que
bonito
-
Tu
si que eres malo
Al responder así cortamos la
comunicación ya que son respuestas cerradas, con las que no ayudamos al niño a
entender como se siente, ni a expresar sus emociones.
La escucha activa implicaría colocarnos
como espejo del niño, de modo, que el mismo pueda entender lo que lo ocurre con
mas claridad. Esto requiere reflexión y
pararnos a pensar en lo que esta expresando el niño, en cuál es la emoción que
acompaña a lo que nos esta diciendo, tendremos que atender no sólo a que dice
sino a como lo dice.
Sólo entonces seremos capaces de
ofrecer a la criatura una respuesta abierta, en la que el niño se sienta
comprendido, reconociendo sus emociones y su derecho a expresar como se siente.
Por ejemplo:
-
Parece
que estas muy enfadado con tu amigo
-
Veo
que te parece muy difícil
-
¿Te
parece injusto?
-
¿Estás
contento con tu dibujo?
-
¿Estás
muy enfadado conmigo?
No digo que sea fácil, por que nadie
nos ha enseñado a nosotros a escuchar, pero merece la pena intentarlo ¿no
crees?
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