Recuerdo a mi hija con tres
cuatro años, cuanto nos gustaba jugar juntas a crear historietas, montábamos
zoológicos, todos los muñecos tenían vida.
Jugábamos juntas…?
Nooo, era yo la pretendía que jugáramos juntas, ella quería
jugar conmigo, pero era SU juego, ella decía donde, como, cuando, que decían
sus personajes y que decían los míos y en tono.
…y a mi eso me molestaba¡¡¡ yo quería que jugáramos las dos,
participar activamente del juego; aún recuerdo la incomoda sensación de rabia y
la gran confusión que me provocaba esa emoción.
¿De donde venia esa emoción?
¿Por qué no podía como adulta respetar su juego y
acompañarlo ¿
¿Por qué esa necesidad de intervenir?
¿Quizás yo no jugué lo suficiente en mi infancia?
El proceso de reconocer como los patrones de conducta
adquiridos en la infancia interfieren en la salud emocional de nuestros
hijos/as puede ser muy doloroso.
¿Por qué me enfado cuando mi hija se enfada?
¿Cómo soportar una expresión intensa de rabia cuando tuvimos
que reprimir la nuestra?
Si nuestras emociones fueron ignoradas, ridiculizadas,
aplastadas, la intensidad de las emociones infantiles pueden resultarnos
insoportables, puesto que en la misma medida que nuestras propias emociones han
sido reprimidas podemos soportar las de otros.
Es duro darse cuenta, asumir e intentar ser conscientes de
nuestras propias carencias y tratar de volcarlas lo menos posible en nuestros
hijos.
Siempre duele menos pensar que las criaturas son unas mal
educadas que solo quieren llamar nuestra atención y fastidiarnos.
Cierto y conciso!
ResponderEliminarAlgun tip/mantra para superarlo y poder respetar las expresiones de emociones?
Casi podemos indagar y enlistar emociones? Porqie puede que aún siendo adultos no sepamos identificar ar todas.
Si que es cierto ¡¡ Cuánto nos confunde las emociones y que difícil se nos hace a veces identificar lo que sentimos, autocuestionamiento, reflexión y a seguir aprendiendo. Gracias por visitar el blog y por comentar.Saludos
EliminarGracias!!! Qué necesaria la terapia, para vaciar nuestra mochila personal y no volcarla ya llena en nuestros hijos. A veces me sale tan inconscientemente...aunque luego me doy cuenta, jejeje. Pero es un duro trabajo si, autocuestionarse...uf! Y ser consciente de las propias carencias y cagadas....quizá sería más fácil la ignorancia
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